martes, 25 de agosto de 2009

LOS ELEFANTES, LA MÚSICA Y EL CIELO DE LOS BUENOS Por Ernesto Pérez Castillo


Este elefanto escuchó una canción que le robó el alma. La escuchó de noche, de casualidad, entre otras muchas canciones. La escuchó una sola vez, hace muchos años, pero solo esa canción, de entre todas, le dijo algo, y aunque no decía mucho, sintió que era la canción justa para él, con las dos o tres palabras que cambiarían el sentido de su vida, que le darían un sentido a su vida el día que la volviera a escuchar.
Desde entonces quiso escuchar de nuevo esa canción, y a todos los elefantos y elefantas se la tarareaba, a ver si la conocían, pero ninguna elefanta ni ningún elefanto recordaban haberla escuchado nunca jamás.
Así, una tarde suave junto a esta elefanta que acaba de encontrar, le habló de su deseo de tener esa canción consigo. Le dijo que era una canción muy especial, una canción que le removía por dentro las piedras de su ser, que le hacía sentir un vacío en el pecho, un vacío muy grande, pero un vacío muy dulce.
Ella, la elefanta, le pidió que cantara la canción, y el elefanto cantó: «y tú mirar… se me clava en los ojos como una espá…» Ella, la elefanta, le escuchó cantar, y al instante recordó esa canción. Se la había escuchado muchas veces a alguien que solo conocía de dos cosas: de música, y de todo lo demás. Ese sabio era su padre –un elefanto enorme, noble y muy querido–, ya para siempre en el amoroso cielo que se ganan los elefantes que viven la vida haciendo el bien.
Entonces su elefanta cantó con él. El elefanto, al escuchar a su elefanta cantar esa canción, al ver que ella y solo ella en este mundo conocía la canción que tanto y tanto él buscó, sintió que aquel vacío dulce en el pecho se tornaba más y más dulce y se volvía menos y menos vacío. Y eso le pareció una señal, y le pareció un milagro: supo que el mejor y el más grande de los elefantes les enviaba, desde el cielo de los buenos, un regalo único y hermoso, solo para ellos dos.

viernes, 7 de agosto de 2009

UNA MOTO SKODA Y UN BURRO CON RETRASO MENTAL (Una novela por entregas) Por Ernesto Pérez Castillo

CAPÍTULO CINCO
MI hermano no tiene novia, ni podrá tener en mucho tiempo. Creo que tener novia es lo único para lo cual mi hermano va a pasar trabajo, pues eso es lo único que a mí se me da fácil.
Yo, cada vez que quiero tener una novia, salgo para la calle. Tener novia es en verdad una cosa muy sencilla. Como todo, es cuestión de paciencia y de perseverancia. Es una cosa matemática.
Por ejemplo, si yo quiero tener una novia, si me levanto un día cualquiera por la mañana y se me ocurre que ese día tengo que tener una novia, pues nada, salgo para la calle y la consigo. A veces me demoro más, a veces me demoro menos, pero la consigo, eso es seguro, es matemático.
Yo salgo para la calle, voy para la primera parada de ómnibus, y me pongo en la cola de los de pie. Eso es lo más importante, para poder moverme con libertad dentro del ómnibus. Si marco en la cola de los sentados, entonces la cosa no funciona y no consigo novia ni nada.
La cosa es que entro al ómnibus, cuando ya todos los asientos están ocupados, y reviso a ver cuantas posibles novias están sentadas en los asientos. Normalmente, en cada ómnibus que sale del paradero hay como nueve o diez posibles novias sentadas esperando por mí. Entonces las comparo a todas entre sí, y ubico dónde está sentada la más bonita y dónde está sentada la más fea. Casi siempre ocupan más o menos el mismo lugar: las posibles novias más bonitas siempre escogen sentarse en los asientos del final del ómnibus, las posibles novias más feas se sientan delante, muy cerca de donde está el chofer. Yo creo que es porque las posibles novias mas feas están desesperadas por tener novio y se sientan delante para que todo sea mas fácil y mas rápido, mientras que las posibles novias mas bonitas se sientan detrás para ponerte la cosa más trabajosa, y también porque seguramente ya tienen novio y no lo van a cambiar así como así.
Ahora, si yo entro al ómnibus y veo que la posible novia más bonita está sentada en uno de los asientos delanteros, entonces no pierdo tiempo, porque en ese caso es que su novio la acaba de botar y ella está desesperada por conseguir otro novio por muy bonita que sea.
Pero eso ocurre muy pocas veces. Yo solo he visto a la posible novia mas bonita sentada en un asiento delantero unas doscientas treinta y cuatro veces en mi vida, o sea, casi nunca, así que no es algo con lo que haya que contar el día que me levanto y siento que tengo que conseguir novia ese día. Casi siempre cuando entro aun ómnibus y veo que la posible novia mas bonita esta sentada en un asiento delantero resulta que es un día que me levanté sin sentir que debía tener novia ese día, sino que es un día que pensé debía tener un perro pastor o que debía conseguir ese día un pastel de guayabas, y los pasteles de guayabas y los perros pastores sí que son difíciles de conseguir, por más deseos que tengas. Yo, al menos siempre he querido tener un perro pastor y a cada rato quiero un pastel de guayabas, y jamás he conseguido ni lo uno ni lo otro, y de verdad que no he encontrado un truco para lograrlo, como no sea pidiéndoselo mucho a Blanca Nieves y los Siete Enanitos, que tengo mucha esperanza en que un día me escucharán y harán algo por mí. Pero para tener novia no hay que molestar a Blanca Nieves ni a los Siete Enanitos. No, para eso basta con subirse a un ómnibus, y seguir mi técnica.
Una vez que ya sé donde está sentada la posible novia más fea y la posible novia más bonita, entonces reviso con la vista a todas las posibles novias que estén sentadas entre ellas dos, y casi siempre, a mitad de camino se encuentra sentada la posible novia termino medio. Esa es la clave. Entonces voy hasta la posible novia termino medio y ya, le pregunto si quiere ser el amor de la vida de alguien como yo que iba a ser el futuro heredero de una moto Skoda, pero que desde que mi padre vendió la Skoda ya seria solo el huérfano que no heredaría una moto Skoda ni nada.
Antes no les preguntaba eso, antes les preguntaba si querrían ser el amor de la vida del heredero de una moto Skoda. Pero, sinceramente, desde que les ofrezco ser el amor de la vida de un huérfano que no tendrá ni una moto Skoda, la verdad es que tengo mejores resultados. Bueno, eso, les ofrezco ser el amor de la vida de un futuro huérfano sin Skoda, y si la posible novia termino medio se ríe, pues entonces ya sé que no hay nada que hacer, pues la posible novia termino medio no me está tomando en serio.
Pero si cuando le digo eso la posible novia término medio se me queda mirando, callada, sin reírse y sin decir una palabra, entonces ahí sí sé que estoy muy cerca de tener una novia ese día. Cuando una posible novia se ríe, no te toma en serio, pero si una posible novia termino medio se queda callada y mirándote a los ojos, entonces es que te está atendiendo, y ese es el primer paso para que una posible novia sea tu novia, pues si te atiende te entiende.
Pero tampoco es así de fácil, porque casi siempre en ese momento entra un ciego en el ómnibus y la posible novia término medio le da su asiento, o ella se tiene que bajar porque ya llegó su parada, o el ómnibus choca contra un auto cualquiera porque el otro chofer no sabe que yo estoy a punto de conseguir mi novia, o el ómnibus choca contra un poste porque el chofer del ómnibus no tiene ningún interés en que yo consiga novia ese día y no atiende como es debido al timón. Yo he estado, entre choques contra otra auto y choques contra postes del alumbrado publico, en unos dos mil doscientos veinticinco accidentes de tránsito, sin contar la vez que mi papá conoció al nuevo amor de su vida y mi destino comenzó a ser el de un huérfano sin Skoda.
La suerte es que los ómnibus, en general, van llenos de posibles novias término medio, así que la cosa es ir ofreciendo, sin cansarse, ser la novia del que será huérfano sin Skoda.Cada vez que es el día que decido que tengo que tener novia, yo le digo lo mismo a unas ciento cincuenta posibles novias término medio. A veces a menos, a veces a más. Pero lo importante es que antes que termine el día tengo que tener novia. Y salvo muy raras excepciones, termino el día teniendo novia. No es complicado. Solo hay que tener paciencia.