martes, 22 de febrero de 2011

LA HABANA: LOS TANQUES EN LA CALLE

Ernesto Pérez Castillo

Veinticuatro horas después de “comenzado” el levantamiento popular en Cuba, organizado desde la cómoda distancia que ofrece Facebook, todavía pueden verse las huellas de los proyectiles de calibre pesado en las paredes del antiguo Palacio Presidencial, a donde fueron convocadas las protestas, y aun los tanques blindados permanecen en el lugar, que cobija un importante y numeroso alijo de armas.
Lastima que las huellas de los disparos lleven ahí 54 años, pues son las que dejaron los jóvenes del Directorio Revolucionario cuando asaltaron el palacio con la intención de ajusticiar al tirano Batista. Las armas que conserva el lugar, casi prehistóricas, son las que se usaron en la clandestinidad y en la Sierra Maestra. El tanque es ni más ni menos el SAU 100 de fabricación soviética con el cual Fidel logró impactos directos sobre el buque norteamericano Houston –durante la rápidamente derrotada invasión de Bahía de Cochinos– y que el hoy Museo de la Revolución exhibe con orgullo en sus afueras.
De lo que no hay dudas es que aquello, ahora que esta de moda el Egipto incendiado, en el primer día de la revuelta recordaba con mucho a la mítica Arabia… nada más parecido a esa explanada que un desierto… allí no estaba ni el gato. Bueno, a decir verdad, se vio a un boxeador parece que Ucraniano, haciendo su rutina de entrenamiento, unos viejitos en su tai-chi, niños jugando y poco más.
Quien único acudió infaltable a presenciar la revuelta invisible fue la prensa extranjera, y se les vio bostezar sin siquiera animarse a sacar las cámaras de sus estuches.
Y en el Facebook, los nerdos que se creyeron su propio cuento, aun se animan los unos a los otros en su muro del ridículo con frases como: “Tenemos que derrumbar la plaza de la revolución / Gracias, cualquier arma ayuda / EL PUEBLO DICE QUE YA NO ES "MANIFESTACION",QUE AHORA ES "GUERRA"..ESO LO ESCUCHE HACE SOLO 30 MINUTOS...ADELANTE CUBANOS / Dale Cubano calentemos esto / GRACIAS... AL MACHETE CUBANOS.....!!! / Y QUIEN NO APOYE AHORA LE PESARA DESPUES... / Yo me tengo que mudar de vuelta para la Florida.. estas Carolinas estan pasmadas! Nadie quiere hacer na! / unirnos en bastantes barcos y armarnos asta los dientes para defender lo nuestro no me gusta la muela me gusta la atcion”.
Por lo demás, no vale la pena emborronar cuartillas, que hasta la CNN se quedó con las ganas de reportar la noticia, y esperó toda una hora a que su corresponsal en La Habana, Doña Yoani Sánchez, tuviera algo que decir, hasta que la blodeguera por fin se decidió y habló, aunque no pasara nada, perdiendo así otra magnifica oportunidad de quedarse callada.

lunes, 21 de febrero de 2011

PAGAR TODAS LAS CULPAS

Ahmel Echevarría

1.
Ernesto me dice Mataperros. Lo de mataperros es cierto. Fui uno más en mi barrio, aunque no éramos muchos. Aclaro: fui —es importante tener en cuenta el tiempo en que está conjugado el verbo—. Literalmente éramos casi una decena de chicos que salíamos de cacería. Matábamos perros a la vista de nadie, no le daré detalles. Ahora estoy en ese largo período en el que debo pagar todas las culpas.
Ernesto no se cansa de repetir: “No soy escritor”. Pero resulta que me invitó a presentar un objeto de papel, impreso y presillado, que además tiene título: “Medio millón de tuercas”. El objeto es un libro de Ediciones Loynaz 2010 y su autor Ernesto Pérez Castillo. El libro forma parte de la colección Fausto y su contenido fue premiado en la edición de 2009 del Concurso Cirilo Villaverde. Para más precisión, es una novela. Y si Ernesto no forma parte de una banda cuyo modus operandis es asaltar y arrebatarle manuscritos o estafar a escritores, Medio millón de tuercas es de su autoría. Puede que Ernesto opere solo y sea reincidente en ese asunto de robar, estafar. Este hombre, nacido en La Habana en 1968, Licenciado en Artes Escénicas y diplomado en Comunicación Social, ha publicado los libros Últimas vacaciones con el abuelo, Filosofía barata, Bajo la bandera rosa, Haciendo las cosas mal y El ruido de las largas distancias. Su expediente además dice que ha obtenido diferentes premios y aparece publicado en varias revistas y antologías nacionales e internacionales.

2.
Concentrémonos en Medio millón de tuercas. Habíamos dicho que es una novela. Es en realidad una noveleta. Brevísima. Al aparente cauce principal de la historia —el devenir de una entrevista hecha a Paloma (escritora que vive en una provincia del oriente del país) por un torcido reseñista de género (“esto es: un tipo que sabe de libros, y de mujeres, de mujeres que escriben libros que hablan de mujeres, libros que nadie lee, solo él, que los reseña”)— se le unen varios afluentes —la trunca y furtiva relación del reseñista (a la vez personaje principal y narrador de la historia) con Ana (una doctora con la que compartía pocas pero intensísimas relaciones sexuales cada vez que el marido estaba de viaje y cuando tenían dinero extra, ganas de tomar cervezas y lecturas, sabiendo que Ana, cuando llegaba al clímax, comenzaba a gritar: “Michel”); la relación de la Dra. Ana con un obeso y apestoso ingeniero cuyo plan es ganar mucho dinero y vivir a todo tren gracias a un proyecto irrealizable (la limpieza de la Bahía de La Habana) y al financiamiento ejecutado por una ilusa pero generosa ONG, plan que logra cumplir —por supuesto, no me refiero a la limpieza de ese gran vertedero en forma de bolsa—; la abortada relación del reseñista con Michelle (atención, a ustedes que me escuchan, cuando digo “Michel” también hago referencia al nombre que repetía Ana al correrse, pero tal como al reseñista la incorrecta pronunciación puede jugarles una mala pasada, en realidad debe pronunciarse “Michelle”, así que ya saben qué y quién pasaba por la cabecita de Ana en el punto más alto de “la Montaña Rusa’).
Al inicio del resumen dije que “el devenir de una entrevista hecha a Paloma” era la aparente trama principal. Es cierto, el peso mayor se desplaza hacia los supuestos afluentes de la trama, en especial a la relación del reseñista con Ana y al romance de Michelle con el reseñista.
Falta por agregar a la historia del reseñista de género su propósito de escribir. Escribir ficción. Escribir un libro. Pero el tema y la ficción se le resisten hasta que... Y aquí lo dejo, truncar la frase para generar en ustedes el suspense. Dejarlos con ganas y suscitar así el interés de leer el libro, lo que podría traducirse en robarlo en una librería —pueden hacerlo aquí, en los anaqueles de San Carlos de la Cabaña—, o comprarlo —pueden hacerlo aquí en La Cabaña tan pronto acabe la presentación, es barato y no pesa— o a punta de cuchillo robárselo a quien lo tenga; por cierto, tan pronto acabe devolveré este ejemplar.
Olvidé hablar de eso que los policías llaman modus operandis —suele llamarse “firma” a las características de un crimen seriado, de ahí que un asesino en serie tenga una firma propia—. ¿Qué relación tiene este detalle con Medio millón de tuercas y Ernesto Pérez Castillo? Me refiero a una noción de estilo o coincidencias. Hay en la estructura de la novela escrita por Ernesto un modo de hacer que lo caracteriza, una suerte de firma: tramas y subtramas, estructura coral armada con envidiable claridad y exactitud, una historia rápida y ligera como una volanta de bádminton, ese desplazamiento del peso argumental que ya había mencionado, adentrarse en los entresijos de la vida y narrar y construir a seres torcidos aparentemente exitosos, pero que en realidad son la verdadera cristalización de la derrota.

3.
Ernesto insiste en decir que no es escritor. Si es cierto que forma parte de una banda de delincuentes literarios u opera solo, entonces le arrebató los manuscritos o ha estafado a un mismo escritor. De ser cierto, le pasará como a mí, que fui un mataperros y ahora estoy de cara a ese largo período en el que debo pagar todas las culpas.



Palabras de presentación de la novela Medio millón de tuercas, durante la Feria Internacional del Libro.

martes, 1 de febrero de 2011

ERNESTO HERNÁNDEZ BUSHTO: VUELVE EL CAPITÁN ARAÑA

Hernández Bushto junto a su ídolo Bush

Ernesto Pérez Castillo

Como el muy famoso Makandal, a Hernández Bushto se le da de maravillas aquello de trocarse de uno en otro animal, a según bata el viento, y ahora mismo en su blog se le ve mutar en un dos por tres, de Capitán Araña a… Gatica de María Ramos.
Pues sí, que allí Bushto ha posteado: “la promoción del derecho a manifestación en Cuba que ha nacido en las redes, en grupos como Por el levantamiento popular en Cuba, creado en Facebook, y cuya creación atribuyen erróneamente a Ernesto Hernández Busto…”
Nótese que dice que no, que no, que de ninguna manera, que él no ha sido el de la iniciativa de lanzar –desde muy lejos, por supuesto, él siempre a salvo de lo que pueda pasar– ese ridículo llamamiento a la rebelión popular, vía webcam y Facebook.
Y no, claro que no ha sido él. Recuérdense sino sus palabras ante el auditórium del Instituto Bush en su encuentro texano con el Súper W, que luego tozudamente repitió en un artículo para El País, donde, sobre el Twitter, el Facebook, y la ciberdisidencia, tuvo a bien afirmar: “ninguno de esos movimientos ha conseguido derrocar a régimen alguno”, y a renglón seguido sentenciaba: “hay que volver a los viejos métodos del disidente tradicional: hacer huelgas, salir a las calles”.
Por lo demás, es cosa sabida. Bushto no es el creador de cosa alguna, ni es cosa alguna él mismo. Él no es nada, sino la torpe y diletante marioneta de la política imperial contra Cuba.
En cuanto a los que ansían ver al pueblo cubano tomar las calles de esta Isla, paciencia. De buena tinta se sabe que algo se trama. Solo hay que esperar un tin y ahí estarán los cubanos todos, tomándose las calles. Les aventuro hasta la fecha, pues el día ya viene llegando: la gran marcha será el primero de mayo.

ERNESTO HERNÁNDEZ BUSHTO AND THE GENERAL STRIKE

Ernesto Pérez Castillo

Translation: Machetera*

Ernesto Hernández Bushto is a rascal, but a willing one. For mysterious and unexplained reasons he closed his blog –www.penultimosdias.com – some days ago and in the meantime has gone about teasing El País, promising them lemonade while delivering water, in the form of a new article (The Limits of Cyber-Dissidence) which is nothing more than a self-referential link to his own speech some months back in the auditorium of the Bush Institute.
Something happened there in faraway Texas, considering that since his return, Bushto promised to tell what had happened in black and white; in a chronicle that he said would be “conceived in three parts, which I hope to conclude next week, where I’d love to talk about many of the things that happened there.” After several weeks have gone by, it’s evident that for some strange reason, he never ended up finishing the series.
He wrote and published the first installment, in which he spoke of nothing. He wrote and published the second, in which he said even less than before. Whoever read the pieces – something you can’t now do, since he voluntarily closed his blog – would see that he barely limited himself to commenting about how many beers he drank, and with whom, during his sweet Texan days.
And he wasn’t the only one keeping a discreet silence about that event, since the mainstream media, El País included, didn’t waste so much as half an inch of paper summarizing the event, much less divulge even one of the blunders that took place there.
Now, after leaving his followers thirsty for so long, he lines up an opportunity for himself on the op-ed pages of El País; not to say anything new, but to repeat more of the same, the exact same thing that emerged in English beforehand (without being picked up anywhere) and this is important, because it comes in his own handwriting: Cyber-Dissidence has lost the battle on the Net.
In any case, Bushto is a man of faith; what’s happening is that his is a counter-current kind of faith. While he shouts to the four winds, alerting the world that the Internet, Twitter, Facebook and generally speaking, all social networks are totally useless, in his words: “No regime has been overturned by (these technologies),” USAID has managed nevertheless, to release a Himalaya of millions meant exactly (and in contradiction to Bushto’s suggestion) to oxygenate and maintain their cyber-mercenaries in Cuba.
Hernández Bushto’s task remains clear regardless. According to him: “There must be a return to the old methods of traditional dissidence: strikes, taking to the streets.” But HEY, he’s very very very far from our streets, in the tranquility of Barcelona, and it’s from that peaceful place – like a good little Spiderman – that Bushto orders others to go out to the avenue to risk their skin.
No-one should be under the illusion that Ernestico is going to jump on a plane and disembark in Havana, ready to take the Cuban government down by force. Hell no…he’s a player who never risks anything in his bets, and he’s also got a solution for that. Don’t forget that on August 30, 2008, in his blog, Bushto published one of his blunders, titled “Victory?” – where he ventured with unparalleled enthusiasm: “My most closely held opinion about the Cuban situation is that a U.S. military invasion would be the fastest and most productive way of doing away with the Castro regime.” Note that again in this proposition, Bushto risks nothing, except his embarrassment, as green (like the dollars that support him) as the goat he ate some time ago.
In the meantime, the one thing that remains clear is that in all this, Bushto is still a little bit consistent, remaining faithful to his courageous call to strike – now that strikes are all the rage – and that’s why he’s begun his own little strike, closing his blog.

* Machetera is a member of Tlaxcala, the international network of translators for linguistic diversity. This translation may be reprinted as long as the content remains unaltered, and the author, source, and translator are cited.

REPRIMEN A ESTUDIANTES EN PUERTO RICO