Ernesto Pérez Castillo
Mis amantes son los hilos del manto inmenso que tejo tenaz para que no regreses nunca. Si un día apareces por esa puerta sus fantasmas te echarán a patadas por el culo. Ellos colman las habitaciones. De día les veo deambular nostálgicos y se despeñan desde los balcones para morirse otra vez porque no aceptan su derrota y olvidan el maleficio que nos ha regalado prometeo de hacernos ignorantes, para que buscásemos luz, y ciegos, para que tuviésemos fe.
El cuento completo en: Memorial de Penélope
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Veamos:
“Si un día apareces por esa puerta”, es una expresión que se sale del tono. El resto de la frase… nada que decir.
“Te laberinte” y “te enrumbe” suenan muy graciosos.
“señal irremisible” ??? ja ja ja
“Eres un cochino traidor de guante blanco.” ¿La protagonista es Zoe Valdés? ¡Guantes blancos! Muy epocal.
“No lo creerás: al tomar su cabeza para arrojarla al fuego vi que sus mejillas estaban llenas de lágrimas.” Ja ja ja, jajaja.
“En lo siguiente se limitan a orinar sobre los restos de tus reliquias…” Espera un momento, ¿dijiste “en lo siguiente”?
“No le degollé: lo dejé sobrevivir aquella madrugada, y el muy imbécil cometió la estupidez de morirse de amor.” Aquí tocas fondo, cuentista.
“hasta que se crearon las reglas para el derroche a pesar nuestro” ¿Qué pasa, cederista?
“No gozan cagando, gozan porque se cagan en ti.” Yeah, definitivamente Zoe Valdés.
“Si continúan pecando no es incontinencia ni maldad…” Así se hablaba en aquella época agustiniana.
“El lleva sus muñones con humildad y hay cierta aureola de dignidad en cuanto hace. Cada amanecer, después de sus abluciones…” Me gustaría ver esos muñones en plena faena de lavar el rostro.
“…una mujer con un miedo enorme a la ancianidad que me ronda y me acosa desde tus ausencias…” Ja ja ja ja ja.
“santas triquiñuelas” Ah, esa jerga epocal…
“Dios mío que no me has oído nunca, perdona mi soberbia, perdona estos deseos de matar al prójimo…” Lenguaje agustiniano, tiempos agustinianos…
“con espanto, sorprendí la hermosa destreza con que sus muñones manejan la espada.” Bueno, ya sabemos cómo realiza sus abluciones.
“aquel solo de espadachín.” Ese lenguaje de época, esa terminología: solo, espadachín…
Eso es por arriba, Ernestico.
Sé que escribiste el cuento desde una perpectiva actual, pero yo hubiera preferido un lenguaje menos histérico, como esa mujer que dice ser Penélope.
Además, es muy redundante y se carga demasiado.
No estaría de más intentar una reescritura, pues el tema (que no es novedoso) pudiera ameritarlo.
He ejercido la crítica del modo más cínico, pero es mejor así, Ernestico. Así se crece y se vive mejor, me parece. Mejor eso que la complacencia de la crítica de narrativa cubana.
Gracias.
manuel...
buenisimo tu analisis... ojala tuviera alguien asi siempre a mano, me salieran menos ripios... jajajaja... exactamente asi, con ese cinismo y ese humor trabajo con los autores a quienes edito, y esa es la mejor manera que he encontrado para hacerme entender y mejorar sus textos.
mil gracias por tu comentario, de verdad
Publicar un comentario