Si un anhelo tienen los elefantes, son las mariposas. Mariposas amarillas, mariposas azules, mariposas lilas. Mariposas que cruzan dejando una estela dorada, mariposas que dejan un rastro de silencio detrás, mariposas aleteando en el pecho, mariposas encima de la cama, mariposas que nadie sabe a dónde van.
Y un elefanto es todo lo contrario de una mariposa.
Sí, un elefanto es un ser enorme, pesado, e incapaz de volar, pero siempre lleva consigo el ansia del vuelo, siempre la mirada más allá, al otro lado del horizonte, al otro lado del mar, donde su elefanta, con los ojos abiertos, sueña tener mariposas en el corazón.
Y un elefanto es todo lo contrario de una mariposa.
Sí, un elefanto es un ser enorme, pesado, e incapaz de volar, pero siempre lleva consigo el ansia del vuelo, siempre la mirada más allá, al otro lado del horizonte, al otro lado del mar, donde su elefanta, con los ojos abiertos, sueña tener mariposas en el corazón.
2 comentarios:
...yo quiero un elefante alado!
ah, mara, ya lo dijo villena, el poeta cubano al que menos atencion se le ha puesto: "estas alas tan cortas, y esas nubes tan altas... y estas alas queriendo conquistar esas nubes"
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