Por Ernesto Pérez Castillo
Ernesto Hernández Bushto no es ningún bobo, pero cree que todos los demás en este mundo lo somos. Y opera según esa necia idea que su enorme ego le presenta sobre la realidad.
Así las cosas, cuando Silvio Rodríguez ha posteado en su blog un texto titulado “invitación”, al momento Bushto ha llegado a profundas conclusiones. La primera, lo que ha hecho Silvio no es más que “una continuación de la polémica que sostuvo, hace unos meses, con Carlos Alberto Montaner”.
Eso es algo que Bushto de saca de debajo de la manga, y que no se toma el trabajo de demostrar, pues ya se sabe que cuando él habla, habla ex-catedra.
Y luego, aunque Bushto dice que el asunto es con Montaner, mete baza en el asunto, y se coge la polémica para él. ¡Qué vivo el muchachito! Si fuera un programa de televisión, ahí estaría Bushto manoteando desesperadamente al fondo del encuadre, robando cámara, con la esperanza de aparecer por una vez en la pantalla.
La perla mejor, del rosario de disparates que Hernandez Bushto acierta a hilvanar, dice así: “Son muy pocos, si es que existen, los cubanos que quieren ver a los marines orinando sobre la cabeza de los próceres de la Guerra de Independencia. Al menos yo, que estoy familiarizado con la oposición, no conozco a nadie que incluya en su programa de una nueva Cuba esta reivindicación.”
Si Bushto quiere saber quiénes en la “oposición” desean la presencia en Cuba de los marines solo tiene que darse la vuelta hasta quedar frente un espejo. Parece que Bushto pretende olvidar, o por lo menos quiere que olvidemos los demás, que en su propio blog, el 30 de agosto de 2008, publicó uno de sus desatinos, bajo el titulo de “¿Victoria?” –http://www.penultimosdias.com/2008/08/30/%C2%BFvictoria– donde aventuraba con entusiasmo sin par: “Mi opinión más íntima sobre la situación cubana es que una intervención militar de EE UU sería la manera más rápida y productiva de acabar con el castrismo.”
¿Qué cree Bushto que harían los marines en Cuba? ¿Sembrar flores y ayudar a las viejitas a cruzar la calle? Para eso no necesitarían la inmunidad que por ley –ley norteamericana, se entiende– gozan los soldados norteamericanos destacados fuera de los Estados Unidos.
¿Qué cree Bushto qué es una “intervención militar”? ¿Quién no sabe lo que sucede allí dónde las tropas norteamericanas desembarcan?
Bushto, además, es reincidente, pues inicia su perreta contra Silvio con una advertencia que, viniendo de su puño y letra, da más pena que risa. Y es que la comienza advirtiendo: “Ahí va la primera parte, mañana la segunda”.
¿Eso no les suena?
Pues sí, eso mismo prometió Bushto a su regreso de Texas, a donde fue a un encuentro que la gran prensa tuvo a bien no comentar –y es que el asunto sonaba a feo. Ni más ni menos se trataba de su asistencia en el Instituto Bush a un encuentro de “ciberdisidentes”: a saber, un colombiano que no vive en Colombia, un iraní que no vive en Irán, y un cubano –el mismísimo Bushto– que no vive en Cuba. Los une ese detalle, así como el embarre de que sea Bush quien les pague las embarradas.
También aquella vez Bushto terminaba sus crónicas con un “continuará” que nunca continuó. Y es que esa es otra de las dolencias de Bushto: padece de una verbitis interrupta, que solo se le destraba cuando le suministran su dosis de billete.
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