Por Ernesto Pérez Castillo
Lo dicho, ya Obama no se anda por las ramas, y en adelante ya solo queda por ver que es más bushista que el propio Bush. Por lo pronto, su récord de bushismos ya casi le saca ventaja a Súper W.
Ahora, en un discurso ante los graduados de la Universidad Hampton, en Virginia, queriendo aleccionar sobre las tecnologías digitales, la embarró completamente, soltando burradas como: “Los iPods y iPads y Xboxes y PlayStations –ninguno de los cuales sé cómo usar– convierten la información en distracción, en entretenimiento, en vez de ser instrumentos de empoderamiento, en vez de ser instrumentos de emancipación”.
¿Es que acaso nadie pudo advertirle al señor Obama que los iPod, los Xbox y los Playstation fueron diseñados específicamente para el entretenimiento y la distracción? Evidentemente, el Premio Nobel de la guerra no solo no los sabe usar, sino que además no sabe qué cosas son esas, y ni siquiera sabe de qué rayos está hablando.
En el mismo discurso, por si fuera poco, primero había soltado: “Los medios de comunicación nos bombardean con todo tipo de contenidos y nos exponen a todo tipo de argumentos, algunos de los cuales no siempre son de alto rango en el medidor de la verdad.”
Lo grave es que cuando Obama hablaba de “medios de comunicación” se refería precisamente a esos “iPods y iPads y Xboxes y PlayStations” que él no sabe usar.
El presidente, famoso por su adicción al Blackberry, que sube semana tras semana sus discursos a YouTube y que mantiene su propia página en Facebook, también la emprendió furioso contra las redes sociales y la blogosfera, al afirmar: “Con tantas voces clamando por atención en los blogs, en el cable, en la radio, puede ser difícil, a veces, tamizar todo eso, para saber qué creer, para averiguar quién está diciendo la verdad y quién no”, y abundó: “incluso algunos de los más locos reclamos pueden ganar rápidamente su atención. Yo mismo he tenido algunas experiencias”.
A renglón seguido, el Premio Nobel de la Guerra sienta cátedra: “Todo eso es no solo presión que sufre usted”, sino que es “presión que sufre nuestro país y nuestra democracia”
Ahora, de pronto, según afirma Obama, la libertad de expresión en Internet es peligrosa para la democracia Made in USA. De ahí a censurar la Internet solo falta un paso.
¿A qué “experiencias”, a cuáles “locos reclamos” aludió Obama en discurso? Porque cuando supuestamente le respondió una entrevista a Yoani Sánchez, su blodeguera oficial en La Habana, a Obama los blogs le parecían lo mejor de lo mejor, y le confesaba a Yoani: “Mi administración ha tomado pasos importantes para promover la corriente libre de información proveniente de y dirigida al pueblo cubano, particularmente mediante nuevas tecnologías”, e insistía: “Urjo al gobierno (cubano) a permitir acceso a la información y al Internet sin restricciones”.
¿Cómo es la cosa entonces? ¿Por qué cuando habla con jóvenes norteamericanos les advierte “puede ser difícil, a veces, tamizar todo eso, para saber qué creer, para averiguar quién está diciendo la verdad y quién no”, y sin embargo, para el caso cubano exige el “acceso a la información y al Internet sin restricciones”?
¡Ah!, pero Obama no está tan loco, solo que sigue la estrategia de “haz lo que yo digo pero no lo que hago”. Porque en alguna parte de su discurso fue muy claro: “No podemos detener estos cambios”, dijo Obama, “pero podemos adaptarnos a ellos. Y la educación es lo que nos puede permitir hacerlo”.
Y es que eso es lo que queremos en Cuba, la Internet del conocimiento, la Internet del intercambio de información veraz y responsable, la Internet de la educación, de la cultura y del crecimiento humano.
Eso queremos, señor Obama. Entonces, ¿por qué para usted está bien, y para nosotros no?
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