Ernesto Pérez Castillo
Penélope, tras más de veinte años de soledad, fue a la notaría solicitando divorcio por ausencia. Era un trámite bien engorroso, el fallo final podría tardar años, pero el abogado le aseguró que a la corta o a la larga ganaría el pleito. Sería sólo cuestión de paciencia.
miércoles, 26 de mayo de 2010
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