miércoles, 12 de mayo de 2010

LOS BUSHISMOS DE OBAMA

Por Ernesto Pérez Castillo

Hace muy pocos días alerté que la única asignatura pendiente que tenía Obama, con respecto a Súper W Bush, era comenzar a improvisar sus propios bushismos. Y ni corto ni perezoso, el Premio Nobel de la Guerra ha comenzado a soltarlos ya.
A propósito del aumento del asesinato de civiles en Afganistán, por su criminal guerra –a donde envió 30 000 soldados más en cuanto recibió el premiecito noruego–, Obama ha dicho: “yo soy responsable”. Y a renglón seguido, abundó: “Queremos reducir el número de víctimas civiles, y no solamente porque ello sea un problema para el presidente Karzai.”
“Queremos reducir el número de víctimas civiles”, ha dicho Obama, pero lo cierto es que un informe reciente de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán denuncia que de 2 118 civiles muertos en 2008, la cifra para 2009 se elevó hasta los 2 412, en una tendencia que solo se agravará, pues la criminal guerra lejos de apuntar a una solución, se ha intensificado, extendiéndose hacia las zonas más tranquilas, como el noreste y se traslada desde las zonas rurales a las urbanas.
Los soldados norteamericanos que participan en operaciones fuera de los Estados Unidos lo hacen amparados en la inmunidad que su gobierno les otorga ante cualquier delito que cometan –violar, torturar, asesinar–, inmunidad que impone en los lugares donde son destinados.
Obviamente, en su calidad de Comandante en Jefe de las fuerzas imperiales, Obama goza de igual impunidad, de ahí que pueda confesarse responsable de la muerte de tantos y tantos civiles, e incluso advertir que “la guerra es dura y difícil, y se cometerán errores”… con lo cual advierte que habrá todavía más muertos, muchos más, y él seguirá durmiendo como los ángeles.
“No quiero que mueran civiles. Y haremos todo lo que esté en nuestro poder para evitarlo”, insiste Obama. Entonces, remedio santo, compañerito: saque a sus tropas de allí, a donde no debieron ir jamás.

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